Música Popular

      La riqueza que hoy caracteriza la música tradicional de México no se formó directamente hace cincuenta, cien o trescientos años; el proceso, como en cualquier otro pueblo, ha sido paulatino; han ido apareciendo, transformándose y desapareciendo géneros, estilos, instrumentos, canciones y bailes a través del tiempo. La variedad asombrosa de la música mexicana es producto de muchas generaciones y muchas culturas que convivieron, se sucedieron y se mezclaron en menor o mayor medida. Con el fin de comprender la música mexicana actual, es necesario remontarse en la historia para considerar las tres principales raíces que la generaron: la raíz Indígena prehispánica, la Europea (principalmente Española) a lo largo de cuatro siglos y la Africana Negra en el periodo virreinal.

 

      No se sabe con precisión cómo era la música en la América indígena antes de la llegada de los conquistadores españoles y portugueses. Cualquier intento de legos o especialistas por reconstruir melodías, armonías, ritmos o modos de interpretación no pasa de ser mera especulación. Pero esto no significa que debamos desechar de la música popular actual de México la posibilidad de remanentes prehispánicos. De hecho, es posible tener una idea bastante aproximada de la función de la música entre los aztecas y los mayas, de los instrumentos musicales que usaban y de los sonidos que producían con ellos. Y si tantas otras tradiciones culturales de los pueblos prehispánicos se han mantenido vivas hasta el día de hoy (como las lenguas indígenas, la indumentaria, la vivienda, la alimentación, el uso de plantas medicinales, las leyendas y los cuentos) ¿Por qué no habrían de haber sobrevivido elementos de la música?

 

       Son tres los tipos de fuentes históricas en que se basa nuestro conocimiento de la música mexicana prehispánica: 1-los hallazgos arqueológicos de instrumentos musicales; 2-las representaciones de músicos e instrumentos en los códices, pinturas, vasijas y relieves y 3-los relatos de los cronistas del siglo XVI que presenciaron, todavía sin influencias europeas, las manifestaciones musicales en el imperio Azteca.